¿PODEMOS HABLAR DE UNA MEDIACIÓN ANGELICA?
En medio de las diversas devociones conocidas, elogiadas y practicadas por la fe católica, la Iglesia como Madre y Educadora, tuvo a bien querer ayudar a sus hijos e hijas a vivir mejor su unión con el Único Dios Verdadero. Por lo tanto dedicó cada mes del año a una espiritualidad bien precisa. De ahí teniendo en cuenta el hecho que el mes de septiembre es el mes consagrado a los ángeles, nos parece oportuno cuestionarnos, sobre el misterio de su existencia, para saber si es posible hablar de una mediación angélica.
Del griego “aggelo”, el concepto: “Ángel” significa “enviado”, “mensajero”. Así, san Agustín afirmará que la noción de ángel se refiere a su función y no a su naturaleza si es cierto que su naturaleza es esencialmente espiritual. Esto es lo que enseña también el Catecismo de la Iglesia Católica, cuando dice claramente que los ángeles son seres puramente espirituales y, en consecuencia, inteligentes y libres; creados libremente por Dios para adorarlo y servirlo, superando en perfección a todas las demás
criaturas (1).
Así, si su presencia ya no necesita ser demostrada en la Escritura, es importante aún citar unos relatos del Nuevo Testamento: la Anunciación (Lc 1, 26-28), el Nacimiento (Lc 2, 9-15), la tentación del desierto (Mc 1, 13), la Agonía (Lc 22, 43), la Resurrección (Jn 20,12), la Ascensión (Hch 1, 10); Por tanto, conviene reconocer en cierto sentido que podemos hablar desde un principio, de una mediación de los ángeles del cielo hasta la tierra por su función y no por su naturaleza. Porque son portavoces del propósito de Dios, consejeros y guardianes de los hombres. Esto es además lo que se manifiesta en Génesis 28, 12 con la escala de Jacob. Lo mismo en Tobi 3, 16 con respecto a la curación de Tobi. Y por otro lado, en el sentido de la tierra hacia Dios, en la medida en que son responsables de llevar y presentar las oraciones de los hombres a la Majestad de la Gloria del Trono Celestial, es decir a la Adorable y Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo (2).
Sin embargo, lejos de todos estos grupos y religiones que adoran a los ángeles, sigue siendo importante y necesario enfatizar que su “mediación” está subordinada a la de Cristo. Porque la santa fe católica y apostólica, inspirada por la Escritura, la Tradición y apoyada por el Espíritu Santo, en su clarificación del Propósito salvífico de Dios (3), nos revela claramente que hay un Único Mediador: CRISTO-JESÚS (4).
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C.E.C, nnº328-330.
2 Cf. Ap 8, 3.4
3Eph 1, 1-14.
4 Cf. He 1,4.9.14; 2, 5-10; Ga 3, 19; Jn 1, 15.