En 1610 las monjas se trasladaron del monasterio de Abia de Torres a Santo Domingo de la Calzada para dar principio a éste de Nuestra Señora de la Anunciación
En el año 1280, salieron del real monasterio de las Huelgas de Burgos varias monjas para poblar el monasterio de Santa María de los Barrios, en la villa de Abia de las Torres, diócesis de Palencia, fundado por la infanta Urraca, de la sangre real de Aragón, mujer del muy ilustre caballero don Rodrigo Rodríguez, uno de los ricos-hombres de Castilla. Existió dicho Monasterio 330 años.
Con ocasión del Concilio de Trento, y hallándose el monasterio de Santa María de los Barrios en lugar despoblado e insano, su abadesa la señora doña María de el Barrio, solicitó la traslación de dicho Monasterio a la ciudad de Santo Domingo de la Calzada, siendo obispo residente en esta ciudad don Pedro Manso de Zúñiga,de la casa de los condes de Hervías, y confesor que fue de santa Teresa de Jesús. El Obispo se interesó por dicha traslación, que consiguió después de varios tratados y capitulaciones, no sólo con el Monasterio de Santa María de los Barrios, en Abia, sino también con el de las Huelgas de Burgos, del cual era filial Santa María de los Barrios, y con esta ciudad como principal interesada en esta traslación. Aprobadas que fueron estas capitulaciones por su majestad el rey Felipe III y los de su Consejo, en 19 de diciembre de 1609, y obtenidas las licencias necesarias, se hizo efecto la traslación del monasterio de Abia a Santo Domingo de la Calzada el año siguiente de 1610, conduciendo las monjas del monasterio de Abia de las Torres, para dar principio a este de Nuestra Señora de la Anunciación, el Padre Fray Agustín López, hijo del monasterio de Valbuena, comisionado para este efecto por la ilustrísima señora Abadesa de las Huelgas de Burgos.
Las monjas se instalaron provisonalmente en la casa contigua a la ermita de Nuestra Señora de la Plaza, en donde rezaban el oficio divino. Vivieron allí los once años que duró la construcción del nuevo monasterio.
En 1621 se trasladaron procesionalmente a la nueva Abadía de Nuestra Señora de la Anunciación, acompañadas del Cabildo Catedral, Ayuntamiento, comunidad de franciscanos y el pueblo. La Abadía dependió del monasterio de las Huelgas de Burgos hasta la bula de Pío IX en 1873, fecha en que quedó sometido a la jurisdicción del prelado diocesano de Calahorra y La Calzada.