Exégesis y simbolismo del versículo de Mt 2,2b “Vimos su estrella y vinimos a adorarlo”.

Este pasaje nos introduce una vez más en el corazón mismo del Misterio de la Encarnación y de nuestra salvación.

1- En efecto, si la estrella que brilla en la noche de Belén, indicó a los Reyes Magos el comienzo de una nueva era marcada por el nacimiento del Salvador; para nosotras, esta estrella nos recuerda este fuego que, como un abrazo indescriptible, entró y quemó nuestra alma hasta tal punto que el deseo de un encuentro y una comunión profunda con él no pudo extinguirse.

2- Así, su búsqueda por parte de los Reyes Magos, representa el simbolismo de nuestra iniciación y nuestra búsqueda permanente de una vida de unión con él, decidida y expresada solemnemente durante nuestra respectiva profesión monástica en una actitud de total abandono de los dioses a  quienes, (como los magos, que también eran astrólogos y sacerdotes paganos), éramos o hubiéramos prometido lealtad.

3- El número de Magos (3) y su origen (Oriente); nos recuerda la importancia de recorrer un camino común en la búsqueda y seguimiento de Cristo. Porque, solas, somos débiles y el riesgo de perdernos es muy grande. Por otro lado, juntas,  apoyándonos mutuamente (Rm 15,1) sinodalmente, nos es más fácil escalar las montañas y los valles que marcan los caminos de la vida y nuestras limitaciones (Rm 7,19) para llegar al Belén celestial. Además, su origen oriental y no judío que nos informa sobre la universalidad de la Salvación, nos ayuda y confirma la chispa de fe, esperanza y amor que nos une más allá de los orígenes naturales (Oriente y Occidente) que son los nuestros.

4- La adoración de los Reyes Magos y sus dones nos recuerda nuestra vida de entrega, nuestras humildes oraciones, nuestros trabajos y responsabilidades, nuestra atención a los pobres y enfermos de nuestra Comunidad; así como nuestro servicio y nuestra atención hacia los peregrinos que recibimos en nuestra hospedería, son también para nosotras el oro, el incienso y la mirra que ofrecemos al Rey de reyes, el Niño-DIOS. Tales son, en esencia, los motivos que justifican la elección de este versículo bíblico en el contexto de la Navidad, el Sínodo y nuestra Comunidad. Muy felices fiestas de la Natividad del Señor.

5- Herodes y las estrellas: La astucia del rey Herodes frente a los magos nos recuerda en el contexto de nuestro progreso espiritual que los demonios y sus secuaces querrán continuamente, si no buscar la muerte de los hijos de Dios, al menos desanimarnos; e incluso hacernos creer que Dios no existe y que estamos engañados por una falsa ilusión. A veces querrá proceder, imbuido de honor y poder, alejarnos de lo esencial que no es otra cosa que el culto al Dios verdadero y el rechazo de los valores falsos en nuestra vida comunitaria.

Finalmente, la supervivencia de la Estrella Divina nos asegura la Victoria Permanente de la Luz sobre la oscuridad: DIOS ESTA VIVO Y REINA ETRERNAMENTE. Fortalecidos por esta fe, en el marco de la vida comunitaria y más aún de nuestra existencia, este pasaje nos recuerda una vez más que todos somos estrellas portadoras de la llama divina para iluminar y guiar a nuestros hermanos.

Comunidad de Santo Domingo de la Calzada, 6 de enero de 2022